Tras un par de años de experiencia en una finca de hortalizas más pequeña, David y Renetta se hicieron cargo del exuberante bosque comestible de 7000 m² de Dunya Henya en 2020, después de que los propietarios anteriores la hubieran convertido a cultivo orgánico unos 6 años antes.
Durante ese tiempo, muchos árboles de aguacate viejos murieron y fueron reemplazados por una gran variedad de árboles frutales, como mango, plátano, chirimoya, níspero, guayabas, morera, zapote, cítricos y frutas de hueso, entre muchos otros.
Cuando David y Renetta se hicieron cargo, añadieron un gran huerto entre las hileras de árboles, a la vez que plantaron numerosos arbustos de flores más pequeños y plantas fijadoras de nitrógeno entre los árboles. Utilizaron sus conocimientos de permacultura, agricultura sin arar y su propia variante de agricultura sintrópica para mejorar la biodiversidad y generar una producción local de biomasa que se añadirá al suelo y mejorará su fertilidad.
Tras un arado inicial para eliminar la maleza resistente y aflojar el suelo compactado, instalaron las hileras de hortalizas entre los árboles y, posteriormente, aplican la técnica de no arar. Esto significa que, como es habitual en la agricultura convencional, dejan de arar la tierra, y así se mantiene la estructura del suelo y la vida microbiana e insecticida.
Usando una horca, solo airean la tierra después de cada cultivo y añaden estiércol animal compostado sobre las camas una vez al año como fertilizante adicional.
Entre los árboles, intercalan plantas como eleagnus, saúco, budlea, papaya, hierbas aromáticas y arbustos de bayas para atraer diversos insectos beneficiosos, polinizadores y otros.
Para los aguacates, utilizan un fertilizante líquido adicional, como estiércol y ortigas, y enmiendas del suelo como hierro, zinc y boro.
Cultivan casi todas sus hortalizas a partir de semillas, ya sea de empresas de semillas orgánicas o de sus propias semillas, que han recolectado y seleccionado a lo largo de los años, sembrándolas en semilleros en su pequeño invernadero antes de trasplantarlas al campo.
Gracias a Marco, Freeda, Jack, Fernando, Joe, Naya y Ana por acompañarnos en la visita.